Un verano entre arcilla y fuego: 150 servilleteros para una boda en Barcelona

Hay proyectos que llegan para recordarte por qué elegiste trabajar con tus manos.

Este encargo —150 servilleteros en cerámica para una boda en Barcelona— fue uno de ellos.

Napkin Ring - Servilletero en cerámica

El proceso comenzó en pleno agosto, bajo el calor intenso del verano. Y como suele ocurrir con la cerámica, la naturaleza marcó el ritmo. El calor aceleraba el secado y las piezas, todavía frágiles, comenzaron a agrietarse. Tuve que rehacer más de 40 servilleteros. Fue un ejercicio de paciencia, adaptación y humildad.

Cada día me recordaba que en este oficio no hay atajos: la materia necesita su tiempo, y también el nuestro. Entendí, una vez más, que el slow design no es solo una filosofía, sino una forma de estar presente. De aceptar que los imprevistos forman parte del proceso, y que lo importante no es evitar que ocurran, sino encontrar nuevas maneras de seguir adelante.

Napking rings wedding

También aprendí el valor de la colaboración: las manos amigas que aparecen cuando más se necesitan, los gestos de generosidad que hacen posible que todo fluya y llegue a tiempo.

Finalmente, en septiembre, las piezas estaban listas. Cada servilletero llevaba consigo no solo horas de trabajo, sino la historia de un proceso vivido con entrega y cuidado. Verlos en la mesa de la boda, acompañando un momento tan especial, fue la mejor recompensa.

L'Alt Empordà - Catalunya

Este proyecto me reafirmó en algo que siento profundamente: crear en cerámica es un diálogo constante entre control y entrega. Cada pieza enseña algo, incluso cuando se rompe.

Y si algo tengo claro, es que me inspiran los desafíos que implican crear piezas únicas para eventos y celebraciones especiales, donde la cerámica pueda aportar ese toque auténtico y personal.


Eso sí —siempre con tiempo—, porque la belleza hecha a mano se cocina a fuego lento.

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